Según pasan los años y el contacto entre Oriente y Occidente se profundiza, y los historiadores y arqueólogos investigan, se está descubriendo que China inventó muchas más cosas que han sido cruciales para la historia de la Humanidad de las que se creía tradicionalmente. Muchos países europeos se han agenciado esos inventos aprovechando la escasa comunicación que hubo entre estas dos partes del mundo durante siglos. Pero la verdadera historia está empezando a salir a la luz.
Los chinos inventaron la tinta, la pintura fosforescente, la seda, la brújula, la porcelana, la carretilla, el ábaco, el reloj mecánico y el hidráulico, el cepillo de dientes, el paraguas, el molino de agua, el cometa (barrilete), los fósforos, la rueca, el carrete de la caña de pescar, el estribo y la silla de montar, la laca que es el primer barniz industrial, la campana afinada, los naipes, la manivela, el ataúd, la cadena de transmisión, el arado de hierro y el cultivo en surcos. En materia bélica, inventaron la pólvora, los rifles, los cañones, los cohetes, los tanques y los lanzallamas. Como consecuencia de la pólvora, los chinos, siempre amantes de la belleza y el espectáculo, inventaron también los fuegos artificiales.
Mención aparte merece el papel, que se fabricaba en China desde el siglo II a.n.e. con desechos de seda y cáñamo, o de algodón. Por entonces, se le llamaba “bo”. Más adelante apareció el papel a partir de cortezas, trapos, tallos de trigo y otros materiales que se disgregaban en agua. Los militares usaban papel plegado como cota de malla. También inventaron el papel moneda o billete que era usado por el gobierno para expedir el pago de impuestos y por los mercaderes como “certificados de cambio”. Recibía el nombre de “papel volante” por lo fácil que el viento lo arrancaba de las manos de cualquiera. También inventaron la imprenta antes que el famoso Gutenberg. Aunque la primera que se utilizó para difundir textos confucionistas y budistas, apareció hacia el II a.n.e., los tipos móviles fueron introducidos por un hombre llamado Bi Sheng, que talló caracteres individuales en pequeños trozos de arcilla de idéntico tamaño hacia 1041-1048. El primer libro que se conoce apareció impreso en el año 868. Gutenberg imprimió por primera vez recién en 1450.
En deportes fueron siempre pioneros. En el año 2700 a.n.e. ya habían establecido la relación entre una buena salud y el ejercicio físico, concepto que en Occidente apareció recién a fines del siglo XIX. En virtud de esta relación, inventaron disciplinas que dieron origen a muchos de los deportes actuales. Contrariamente a lo que se dijo siempre, el fútbol no es un invento inglés. El deporte rey es heredero directo del cùjú, inventado hacia el año 2500 a.n.e. por el emperador Huangdi. Cùjú quiere decir precisamente “golpear la pelota con el pie”. Jugaban de 12 a 16 jugadores por equipo y el objetivo era hacer goles. En la dinastía Tang (618-907) se inventó la pelota de vejiga inflada forrada de cuero cuyo diseño era prácticamente igual al de la actual. En la dinastía Song (960-1279) se establecieron los primeros clubes de fútbol y en el año 900 se creó el primer equipo femenino, integrado por las concubinas del emperador. Pero no sólo inventaron el deporte más bello sino otros que Inglaterra también se ha adjudicado como propios: el golf y el polo. También inventaron la arquería competitiva, las carreras de remos, los espectáculos callejeros que implicaban destreza física como el malabarismo o el contorsionismo, y, por supuesto, las Artes Marciales.
En ciencia y medicina, descubrieron la circulación de la sangre y los ritmos biológicos del cuerpo humano; la endocrinología; diseñaron la primera vacuna contra la viruela; utilizaron el álgebra aplicada a la geometría; inventaron el sistema decimal y los números negativos; enunciaron la primera Ley del Movimiento; descubrieron la declinación del campo magnético terrestre; descubrieron la estructura hexagonal de los copos de nieve; describieron por primera vez los fósiles; hicieron las primeras observaciones de las manchas solares; construyeron los primeros puentes colgantes para paso de vehículos e hicieron las primeras perforaciones en busca de gas natural; hicieron el proceso del acero antes que nadie y diseñaron el primer sismógrafo. También crearon el proceso del hierro colado. La fundición fue posible en China pues disponían de excelentes arcillas refractarias para la construcción de las paredes de los altos hornos. Después descubrieron que podían reducir la temperatura a la cual el hierro se funde utilizando fósforo. Así fueron capaces de obtener el hierro colado. Con el desarrollo del recocido pudieron hacerse arados, espadas largas y edificios de hierro. En Europa el hierro colado no apareció hasta 1380. Otro dato: la cantidad de fundición en China en 1078 era de 114.000 toneladas; en la Inglaterra de 1788, sólo se llegó a las 68.000 toneladas.
En navegación los chinos superan a Occidente por varios siglos de diferencia. El codaste, madero vertical sobre el extremo de la quilla junto a la popa de un barco, que sostiene el timón y está sujeto al armazón, se inventó en el siglo I a.n.e., así como el timón. Para el año 1119 los chinos usaban el ancla, la deriva fija, el cabrestante, las velas de tela, las de estera y las giratorias con las que aprovechaban al máximo el viento en contra, y los remos con ángulo de ataque automático que giraban sobre sí mismos. Todos estos avances no llegaron a Europa hasta el siglo siguiente. Inspirándose en las secciones del bambú, los chinos también inventaron los mamparos, la estructura de compartimentos estancos que impedía el hundimiento de los barcos. Además, hay registro de operaciones de rescate submarinas en China en el siglo XI.
En el arte culinario, tampoco se quedan atrás. Uno de sus inventos más trascendentes fue la pasta que los italianos se adjudicaron durante siglos. Nadie discute la pericia italiana para desarrollar el invento pero los fideos son chinos. El ketchup, la famosa salsa de tomate, cebolla, vinagre, azúcar, sal y especias, se inventó en China donde se la llamaba ke-tsiap, palabra del dialecto de la isla Amoy. Con ella acompañaban el pescado y la carne. En el siglo XVIII la salsa llegó a Europa desde donde comenzó su romance con Occidente. El helado fue inventado por el rey Tang (618-97 a.n.e.) quien creó el método para mezclar leche con hielo. De China se exportó a la India y de ahí, a Grecia y Roma. El coñac y el whisky, llamados por los chinos “sopas de sabiduría”, se inventaron en el siglo VII.
La lista continúa agrandándose con cada nuevo descubrimiento, con cada nueva investigación. Quizá algún día el soberbio y pícaro Occidente le devuelva a China el mérito que le corresponde en materia de creatividad.
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